¿Afecta el síndrome postvacacional a los autónomos? Cuando se acaba el verano, es de lo más habitual escuchar a muchas personas quejarse de la vuelta a la rutina. El periodo estival suele ser también el de las vacaciones, ese que permite desconectar de todo y centrarse en descansar. Que, por otra parte, tiene el peligroso doble filo del síndrome postvacacional.
Tras muchos días de relax, en los que la única preocupación es pasarlo bien y disfrutar de la buena compañía, la buena comida, la bebida o incluso los lugares que se visiten, volver otra vez a la monotonía del día a día es algo que golpea duramente a muchas personas. Pero, ¿ocurre lo mismo con los autónomos?
Los trabajadores por cuenta propia siempre han tenido la fama de ser profesionales, a los que realmente no les afecta este síndrome que tanto baja los ánimos.
Y lo cierto es que es una fama bien merecida, puesto que no es algo que no solo sea raro de ver en un autónomo, sino que también es algo que apenas se puede permitir.
¿Pueden los autónomos tener síndrome postvacacional?
Para empezar, hay que pensar en el concepto de vacaciones. La inmensa mayoría de autónomos no pueden permitirse pasar un mes entero sin trabajar. De hecho, este mismo 2019, el 51,3% de los trabajadores por cuenta propia ha asegurado que no se podría marchar de vacaciones por la constante necesidad de trabajar.
Y es que, para estos trabajadores, tan solo un día de descanso implica un día sin facturación y, por lo tanto, sin recibir ingresos por su actividad.
Esto desemboca en que lo más habitual sea que los autónomos decidan repartir sus vacaciones cogiendo días sueltos a lo largo del año, o incluso alguna que otra semana libre para poder desconectar, aunque sea parcialmente.
Tan poco tiempo de descanso, hace que no se pierda la inercia que se genera en la rutina de trabajo. Y que, por lo tanto, volver a trabajar no sea ninguna carga.
La mentalidad no se cambia, y el famoso síndrome postvacacional es tan solo una especie de quimera, que el autónomo ve a lo lejos cuando contempla a los trabajadores por cuenta ajena.
El «chip» del trabajo está siempre encendido
De hecho, hasta el concepto de descanso es diferente para el trabajador por cuenta propia. En la actualidad, con el teléfono móvil siempre acompañando y el correo electrónico siendo el principal medio de comunicación con clientes, no puede permitirse desconectar apenas. Prestando siempre atención ante un posible nuevo encargo o alguna cuestión que resolver en relación con la labor que desempeña.
Los autónomos siempre tienen el chip del trabajo encendido, sobre todo cuando cada mes hay que pagar las cuotas de autónomo, la gestoría que lleve todos los papeleos, organizar la facturación mensual e incluso ir calculando lo que corresponde de IVA al terminar el trimestre.
Todo esto no hace más que dejarlo claro. El síndrome postvacacional es un rara avis para los trabajadores autónomos. No lo tienen fácil para coger vacaciones y descansar, y eso hace que la pena por volver a la labor sea algo casi inexistente.