IRPF – La renta para 2019

Qué es la declaración de la renta

Todos los años, los contribuyentes tenemos una cita obligatoria con Hacienda y la Declaración de la Renta. En función de nuestro rendimiento económico a nivel profesional, debemos hacer una contribución al Estado a través de los impuestos que se nos retienen a lo largo del año, pero hay varios meses en los que se debe seguir un procedimiento para comprobar que todo está en orden.

Este proceso es la declaración de la renta. Conocida también como IRPF (Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas), se trata del tributo que tienen que pagar todos los ciudadanos a la Agencia Tributaria en función de los ingresos obtenidos a lo largo del año.

Un procedimiento que exige estar al día en materia de obligaciones fiscales y con el que se pueden obtener dos resultados: o bien tener que pagar al Estado por no haberse retenido lo suficiente a lo largo del año, o bien recibir dinero del Estado por haber dado de más a través de las retenciones aplicadas en nóminas o facturas cobradas.

Cuando se hace la declaración de la renta

Si no sabes cuándo se hace la declaración de la renta, debes saber que la campaña siempre se mueve sobre las mismas fechas. La Agencia Tributaria arranca con los procesos a partir del 2 de abril, facilitando las solicitudes por teléfono y por internet. La fecha límite es el día 1 de julio para presentar las declaraciones en relación con el rendimiento del año anterior.

Obligación para hacer la declaración de la renta

La obligación para hacer la declaración de la renta es algo que se extiende a todas las personas de nacionalidad española que hayan trabajado en el país, o para aquellas que al menos hayan residido en él durante más de 183 días en un año natural. Es algo que todos debemos hacer, salvo que se cumplan ciertas condiciones.

En el caso de que los rendimientos de trabajo personales sean iguales o inferiores a 22.000 euros, procediendo de un solo pagador, no es necesario realizar la declaración. Por parte contraria, en el caso de que existan varios pagadores, si la suma del segundo y los posteriores supera los 1.500 euros, es totalmente obligatorio.

En cuanto a los trabajadores por cuenta propia, este procedimiento es algo que ha de hacerse sí o sí cada año. El IRPF para autónomos es obligatorio, aplicando unas retenciones del 7% o del 15% a lo largo del año en función de su antigüedad y del sector en el que trabajen.

En este tipo de trabajadores, lo cierto es que la declaración se complica debido a la necesidad de repasar todos los libros de contabilidad y comprobar que todos los parámetros son adecuados al rellenar el formulario de la Agencia Tributaria. Por eso, lo mejor es recurrir a servicios como el de Tu Asesoría en la Nube, un equipo de profesionales que puede asesorarte y ayudarte a presentar la declaración sin problemas.

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